No son pocas las personas que piensan que Jesús de Nazaret fue un personaje excepcional, y un extraordinario líder religioso, pero que nunca pretendió ser Dios, ni fue considerado Hijo de Dios por la primera generación cristiana. Y algunos añaden que fue «divinizado» debido a la intervención y a la presión de los emperadores romanos, y que solo por esta causa se decidió la Iglesia a confesar la divinidad de Cristo en el siglo IV.
Bernard Sesboüé responde a esta mentalidad con una magnífica obra de síntesis, en cuyo primer capítulo expone claramente cómo los discípulos de Jesús y la primera generación cristiana creyeron que Él era Hijo de Dios y, por tanto, Dios en el pleno sentido de la palabra. En el segundo capítulo estudia la confesión de fe cristiana durante los siglos II y III; y en el tercero presenta el movimiento conciliar de los siglos IV y V, concretamente desde el concilio de Nicea hasta el de Calcedonia.
De este modo pone de manifiesto la perfecta continuidad de fe entre el testimonio del Nuevo Testamento y el de los siglos siguientes y, finalmente, concluye que en este punto está en juego el corazón de la fe, su meollo irrenunciable.
BERNARD SESBOÜÉ, jesuita y teólogo reconocido, es autor, entre otras obras, de ¡No tengáis miedo! Los ministerios en la Iglesia hoy y «El código Da Vinci» explicado a sus lectores, publicadas por Sal Terrae, y de Imágenes deformadas de Jesús y La resurrección y la vida. Catequesis sobre las realidades últimas, publicadas por Ediciones Mensajero.
Ficha técnica
Traductor: Isidro Arias Pérez
Editorial: Sal Terrae
ISBN: 9788429321296
Idioma: Castellano
Número de páginas: 176
Tiempo de lectura:
4h 7m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/02/2014
Año de edición: 2014
Plaza de edición: Santander
Número: 65
Alto: 19.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Peso: 160.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Bernard Sesboüé
Bernard Sesboüé, el gran teólogo francés, explica el origen, significado e historia de esta fórmula que, a partir del Vaticano II, se puso definitivamente en cuestión. Este apasionante recorrido le sirve al autor para explicarnos con claridad cartesiana la difícil cuestión de la interpretación de las fórmulas dogmáticas.