Anotaciones de un párroco sobre los "desconocidos" con los que se cruza en el día a díaA menudo pensamos que estamos solos. La soledad nos asusta y nos deprime. Hay mucha gente que se siente sola en este mundo nuestro aparentemente tan divertido y tan bullanguero. Pasamos gran parte de los días acompañados por los que nos rodean en la vida. Pero eso no llena. Hace sentir aún más la soledad personal.En cada etapa de la vida (cada vez que caminas hacia Emaús), alguien se incorpora imprevisiblemente y va contigo; empiezas a romper tu soledad, y con ello tus temores. En la posada de la edad adulta, cuando llega la hora de compartir el pan y el vino, entonces se te iluminarán los ojos y conocerás a un Dios diferente, a un Dios amigo. ¡Qué extraña revelación que se produce dentro cuando uno abre su corazón!Este es un cuaderno de apuntes de un sacerdote, Luis de Lezama, que, en su ruta diaria entre el centro y las periferias de la ciudad, siempre se encuentra con otros caminantes y nuevos rostros.“Aunque soy caminante y se me dan bien los bares, las tiendas y el súper, llevo cara de confesionario, y escuchar lo hago con gusto, porque aumenta mi sabiduría”, dice Lezama.Este libro recoge pequeñas pero intensas reflexiones. Es un itinerario de viajes sencillos del día a día,“porque rara es la jornada que no tengo un acompañante desconocido como tú a quien acabo de encontrar en el camino. Te hablo ya mientras llegamos a la posada. Te escucho mientras pongo la mesa, como tantas veces, parto el pan y escancio el vino”…Se busca Se busca:un hombrecapaz de ser héroesin ser santo,mezquino en lo humano algunas vecesen lo escondido de su alma,sobrenatural por obligación,cubriendo su vida de misterioscasi inexplicables,seguro para los demás,aunque titubee en sí mismo,con vértigo de Diosal que sepa verle de lejosy conocerle entre los hombres,sus hermanos.Le llaman sacerdotey una cosa le está prohibida: ¡ser vulgar!