La actividad empresarial se organiza habitualmente en forma asociativa surgiendo cada vez más tipos societarios para articularla. Desde las sociedades civiles y mercantiles básicas cuya regulación viene de finales del siglo XIX los tipos societarios han ido desarrollándose para adaptarse a una realidad cambiante sofisticándose cada vez más: de las sociedades anónimas clásicas hasta los grupos de sociedades y las sociedades cotizadas o las sociedades anónimas europeas; de la sociedad limitada a la sociedad limitada nueva empresa. También han surgido tipos societarios nuevos y/o se acude a formas de colaboración empresarial que unas veces tienen personalidad jurídica independiente y otras no.
Lo mismo ocurre con la actividad laboral y profesional que ha buscado tipos sociales como las cooperativas o las sociedades laborales, la primera, y las más recientes sociedades profesionales, la segunda.
Este compendio pretende reunir la regulación fundamental de los tipos societarios más importantes y más frecuentemente usados en la práctica facilitándole la labor a los profesionales y los estudiosos del Derecho Societario.