El progresivo deterioro medioambiental ha originado en todos los países occidentales una profunda reflexión política, económica y jurídica. La responsabilidad del Estado se plasmó en la tímida introducción en el Código Penal de 1983 del delito ecológico. Sin embargo, el Código Penal de 1995 supera las limitaciones de su predecesor y afronta una radical reforma de la protección del medio ambiente. Esta obra analiza esta nueva realidad normativa, confrontando las diferentes disposiciones penales con los materiales parlamentarios y la doctrina sobre el tema.