"Hugo Pratt, nacido en 1927 en Rímini, pasó su niñez en Venecia. A los trece años, en Etiopía, se integraen el ejército de Mussolini, y en 1943 regresa a una Italia destrozada por la guerra civil. Comienza a dibujar historietas en 1945. En la Francia de los años setenta se impone como uno de los grandes creadoresde nuestros días con Corto Maltés, a pesar del vacío y los prejuicios de la cultura oficial hacia la historieta.En El deseo de ser inútil el lector comprenderá al final del libro el sentido de esta frase provocadora,Hugo Pratt aceptó por primera y única vez contar la historia de su vida, de 1927 a 1991, y desvelar parte desu universo interior. Esta edición definitiva contiene, además, un capítulo añadido en el que su interlocutor, Dominique Petitfaux,desgrana los cuatro últimos años de la vida de Hugo Pratt, fallecido en 1995 en Pully, cerca de Lausana."
Ficha técnica
Editorial: Confluencias
ISBN: 9788493844684
Idioma: Castellano
Número de páginas: 304
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 08/10/2012
Año de edición: 2012
Plaza de edición: Es
Número: 2
Alto: 24.0 cm
Ancho: 17.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Hugo Pratt
Hugo Pratt es uno de los pocos autores de cómic, junto con sus adorados Milton Caniff y Will Eisner entre otros, que se ha ganado un lugar en la historia del género. Un maestro que ha creado escuela y cuenta con prolífica producción publicada en múltiples ediciones.
La vida de Pratt se asemeja en gran medida a la de su creación más importante, Corto Maltés. Viajero incansable, pese a ser natural de Rimini Pratt se declara veneciano, pues pasó toda su infancia en la capital del Véneto. Pronto se trasladó a Etiopía con su familia, para volver a Italia justo después de la II Guerra Mundial. En 1949 emigró a Buenos Aires para trabajar en la Editorial Abril. Allí conoció a los grandes dibujantes de la historieta argentina como José Muñoz, Francisco Solano López y H.G. Oesterheld. Fue con este último con quien creó series tan míticas como Sgt. Kirk, Ernie Pike o Ticonderoga. Después de viajar por toda Sudamérica, finalmente regresa a Italia, donde entró a trabajar en la publicación infantil Il Corriere dei Piccoli e inició las adaptaciones al cómic de la obra magna de Emilio Salgari, Sandokán, un proyecto que quedó interrumpido por el sorprendente éxito de Corto Maltés.
A partir de entonces, Hugo Pratt saltó a lo más alto del Noveno Arte, cosa que le permitió seguir viajando y documentándose para la que ha sido su mayor obra.