Lobsang Rampa, el celebrado autor del tercer ojo, establece, en esta oportunidad, una nueva comunicación con sus lectores valiéndose del apasionante relato de un monje tibetano ciego. Merced a extraordinarias facultades, el monje tibetano puede ‘ver”, con sus órbitas vacías, el pasado y el porvenirç el mundo y los hombres, los días venturosos y los aciagos, la paz de los campos y las batallas crueles. Su sapiencia, su gran capacidad de comprensión y su experiencia son, por ello, infinitas. Así, nos cuenta cómo fue creado el universo; nos describe el origen de la tierra, el origen de sus divinidades y de sus leyendas, y nos explica cómo, en un gran imperio, poseedor de una brillante civilización, los “jardineros de la tierra” crean y cuidan sus “planteles”, destinados a los distintos planetas y a mejorar las especies. Desde su ámbito, estos seres superiores observan, vígilan... Su preocupación, con respecto a nosotros, es si el hombre: con las armas que su ingenio ha creado y cuyo dominío total aún no posee, se acercará a la felicidad anhelada o se precipitar~ en el abismo de la destrucción definitiva. ¿podrán evitar la cat~strofe los jardineros de la tierra? El ermitaño, sabij inefable, poseedor de atributos increíbles, ofrece respuestas explicitas a tan angustiados interrogantes.