La Cultura es uno de los ideales prácticos de mayor rango: el Estado de Cultura ha llegado a ser un ideal de rango superior al del Estado de Derecho y, por supuesto, de más alto prestigio que el Estado de Bienestar. Sin embargo, nadie entiende qué es eso de la Cultura, como nadie entendía antaño qué era la Gracia de Dios. La cultura es un mito, y un mito oscurantista, como lo fue el mito de la Gracia en la Edad Media o como lo fue el mito de la Raza en la primera mitad del siglo XX. En cierto modo podría decirse que el mito de la Cultura incorpora, además, a través de los nacionalismos de fin de siglo, muchas funciones que el mito de la Raza desempeñó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
La edición impresa que Pentalfa presenta de este libro en 2016 (que hace la décima, contando desde la primera de 1996), aunque respeta el texto original de la obra, incorpora algunas adiciones en la parte III, dedicada a la idea de cultura como campo de la investigación científica. También incluye el prólogo a la edición americana, publicada por Carpio Editores (Riobamba 2014).
Esta edición se abre con una nota inicial de Gustavo Bueno, El mito de la cultura, veinte años después, fechada en Niembro el 23 de abril de 2016.
Ficha técnica
Editorial: Pentalfa Ediciones
ISBN: 9788478485765
Idioma: Castellano
Número de páginas: 353
Tiempo de lectura:
8h 24m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 26/01/2017
Año de edición: 2016
Alto: 23.0 cm
Ancho: 14.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Gustavo Bueno
(1924-2016). Filósofo español, autor del sistema filosófico conocido como materialismo filosófico. Nació en 1924 en Santo Domingo de la Calzada y estudió en las Universidades de Zaragoza y Madrid. Tras realizar su tesis doctoral como becario del CSIC obtiene a los veinticinco años, en 1949, una cátedra de Enseñanza Media, comenzando ese año su vida docente en el Instituto Lucía de Medrano de Salamanca. En 1960 se establece definitivamente en Asturias, donde ejerce como catedrático en la Universidad de Oviedo, institución en la que colaboró hasta 1998. Desarrolló posteriormente su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en Oviedo. Fue fundador de la revista El Basilisco.