¿Se puede escribir un auto sacramental en pleno siglo XX? ¿Es factible actualizar un mito clásico a través de la versión de un dramaturgo del Siglo de Oro? ¿Y crear una ópera junto con Salvador Bacarisse sobre la figura de Antígona, con evocaciones claras de la guerra civil española? El teatro resulta una de las facetas literarias más olvidadas de José Bergamín, escritor del 27, yerno de Arniches, abuelo de actriz e inspirador de corrientes teatrales entre sus contemporáneos, como la del auto sacramental o la revitalización de la tragedia clásica. En este estudio intentamos presentar toda su producción dramática, desde sus primeros ejemplos impertinentes o vanguardistas, hasta sus obras siguiendo modelos del teatro del Siglo de Oro en verso, pasando por sus guiones para ballet o sus tragedias sobre mitos femeninos. Un recorrido atrayente y marcado por la propia personalidad de nuestro autor y su situación de exiliado o peregrino. Esperamos que este libro contribuya a que se conozca la existencia de piezas hasta la fecha solo publicadas fuera de nuestro país y la peculiar visión de la escena de este dramaturgo, cuya lectura resulta siempre un sorprendente reto literario e intelectual.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Fundamentos
ISBN: 9788424512491
Idioma: Castellano
Número de páginas: 272
Tiempo de lectura:
6h 27m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/12/2011
Año de edición: 2011
Plaza de edición: Madrid
Colección:
Arte / Teoría teatral
Arte / Teoría teatral
Serie/Saga: Monografías RESAD
Número: 193
Alto: 24.2 cm
Ancho: 17.2 cm
Grueso: 18.0 cm
Especificaciones del producto
Escrito por José Bergamín
(1895-1983) fue poeta, aforista, ensayista, editor, articulista y dramaturgo. Editor de la revista católica, de título nietzscheano, Cruz y Raya (1933-1936), presidente de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y agregado cultural de la Embajada de España en Francia durante la Guerra Civil, fue nombrado presidente de la Junta de Cultura Española en 1939 y, ya en México, dirigió la editorial Séneca. Posteriormente viviría en Venezuela, Uruguay y Francia. Bergamín regresó a España en 1958, para ser de nuevo expulsado en 1963. Es entonces cuando pierde la nacionalidad española y, en sus propias palabras, se convierte de modo oficial en un fantasma. En 1970 vuelve a España, donde acompañará críticamente los acontecimientos políticos y la restauración de la Monarquía antes de ser enterrado en Hondarribia en 1983.