"Si amo a los seres con tanto ardor, es porque en cada uno de ellos amo una parte de ti, Dios mío" Etty Hillesum Han tenido que pasar muchos años para que el mundo descubriera el luminoso rostro de Etty Hillesum. ¿Quien habría creído, en vísperas de la Segunda Guerra mundial, que esta joven judía, locamente enamorada de la vida y aparentemente despreocupada, iba a dejarnos como herencia uno de los testimonios más profundos sobre la entrega de uno mismo y el amor a los seres y a Dios? Nacida en Holanda en 1914, Etty Hillesum es una joven libre, llena de ardor y de curiosidad, que se embriaga de lecturas y de experiencias amorosas. Pero su fogosidad no le impide sentir un malestar creciente. Un día, un hombre mayor que ella le hace descubrir su otro rostro compartiendo con ella un amor intenso, a la vez carnal y espiritual. Gracias a la disciplina interior que el le enseña, ella encuentra el camino que su dispersa vida le había ocultado hasta entonces. Cuando el ejercito nazi invade su país y desencadena la violencia, Etty reacciona frente al odio y al mal con un amor incondicional a la vida, a la humanidad y a Dios. Rechazando la clandestinidad, dedica todas sus energías a ayudar y confortar a los prisioneros en el campo de tránsito de Westerbork, adonde llega como volunt