Éramos cuatro. Y el mundo nos pertenecía. Éramos inseparables.
Porque la vida y sus tribulaciones así nos habían moldeado. Y
unido. Porque, juntos, éramos los mejores. Los Goleen Dogs. Los
mejores ladrones de Londres. Éramos cuatro. Pero había un traidor
entre nosotros. ¡Y así es como todo terminó!