Gregorio de Tours (ca. 539-594), miembro de una aristocrática familia de origen galorromano, se consagró desde muy joven a la Iglesia. El año 573 fue elegido obispo de Tours, una posición de privilegio que le
permitió ser testigo de los principales acontecimientos de sus días. Es autor de varias obras de carácter hagiográfico, aunque el escrito que más fama le ha reportado es sus Historias, más tarde difundidas con el título de Historia de los francos.