MIÑO Y DAVILA EDITORES - 9788495294302
El discurso de los teólogos cristianos dio vida a un homo superstitiosus, justificando así un corpus de decenas de tratados y manuales, entre ellos la abundante literatura antisupersticiosa española producida entre mediados de los siglos XV y XVIII. El homo superstitiosus no fue sino un espejo más de los muchos existentes en la intolerante sociedad de la modernidad clásica. Pero aquel era un espejo muy particular: se trataba de un otro-entre-nosotros. De acuerdo con el modelo agustiniano, el homo catholicus podía en cualquier momento devenir homo supertitiosus. No se trataba, pues, de un sujeto estático, irredimible, construido de una vez y para siempre, como el hereje, el judío, la bruja. Con el modelo cristiano de superstición, la institución eclesiástica no pretendía imponer a los fieles tan sólo una ortodoxia: pretendía fundamentalmente imponer una ortopraxis, la cristianización de las disposiciones primarias frente a las carencias y adversidades del mundo cotidiano, la construcción de un habitus catholicus, una manera genuinamente cristiana de mover las piezas del juego.
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Escrito por FABIAN ALEJANDRO CAMPAGNE
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1 opiniones de usuarios
Jordi
23/03/2014
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Bon treball acadèmic. Exhaustiu i força sistemàtic.
Tapa blanda
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