IGLESIAS TARDOANTIGUAS Y ALTOMEDIEVALES EN LA PENINSULA IBERICA

El estudio de la arquitectura histórica de época medieval se ha efectuado tradicionalmente dentro del marco de la Historia del Arte, desde un enfoque en el que ha primado el análisis tipológico. Como consecuencia de la concepción unitaria de la construcción como un objeto perteneciente a un momento determinado o con etapas histórico-constructivas documentadas en las fuentes escritas, los parámetros estratigráficos y los indicadores cronológicos empleados habitualmente por la arqueología, entre los que destacamos el material cerámico, no han gozado de suficiente protagonismo su caracterización hasta fechas recientes. En nuestra opinión, los distintos criterios de análisis, no contrastados ni en su aplicación ni en sus resultados, han llevado, en última instancia, a la obtención de un cuerpo de datos y al planteamiento de unos modelos que, aunque contradictorios, han convivido sin fricciones. La arquitectura eclesiástica tardoantigua y altomedieval se ha visto sujeta, por lo tanto, a la ausencia de una comprensión arqueológica de su construcción y de su medio. Analizada como ente independiente de su entorno arqueológico e histórico, a menudo se presenta como un producto aislado caracterizado por unos elementos tipológicos y acompañado por un compendio de paralelos arquitectónicos y decorativos que justifican su cronología.