Trescientos años despues de su fundación la Unión entre Inglaterra y Escocia está en cuestión y se anuncia un referendum sobre la independencia escocesa. No porque haya un grave problema identitario o una profunda división cultural y lingüística, sino porque en las últimas decadas se ha asistido a la reconstrucción de Escocia como comunidad política, como ?demos? nacional, mientras la ideología y las prácticas del viejo unionismo se han mostrado inmovilistas. Hay pocos obstáculos legales, constitucionales o democráticos a una Escocia independiente, pero tambien existe una amplia gama de posibilidades constitucionales que permitirían otorgar mayor autogobierno a Escocia. Los límites los pone la escasa disposición de una parte de la opinión inglesa a abandonar la concepción unitarista. El fin de Gran Bretaña podría ocasionarlo no el nacionalismo escoces, sino el unionismo ingles.
Ficha técnica
Traductor: Juan Pecourt García
Editorial: Publicacions de la Universitat de València