Guillaume Apollinaire escribió La mujer sentada, que se publicaría de forma póstuma en 1920, a partir de dos escritos previos, extrañamente complementarios: La mormona y el danita, de 1914, e Irene de Montparnasse o París en tiempos de guerra, de 1917. El primero es una crónica épica sobre la fundación del Estado mormón de Utah en el siglo XIX. El segundo una evocación de la vida encendida y febril del París de las vanguardias, del Montparnasse en el que vivían, creaban y se peleaban Picasso, Max Jacob, Blaise Cendrars o el propio Apollinaire , todos ellos personajes del libro. A pesar de su variedad de temas y estilos, hay en esta novela una cuestión esencial y absolutamente moderna: la mujer libre, bárbara, la mujer que cuenta con ingresos propios y con un harén propio, que ha aprendido a vivir «sentada» en un mundo de «hombres en pie» que vagan perplejos y asustados.
Ficha técnica
Editorial: Olivo Azul
ISBN: 9788493590062
Idioma: Castellano
Número de páginas: 127
Tiempo de lectura:
2h 56m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 31/03/2008
Año de edición: 2008
Plaza de edición: Madrid
Especificaciones del producto
Escrito por Guillaume Apollinaire
Guillaume Apollinaire, de nacimiento Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky (Roma, 1880-París, 1918), fue un poeta, novelista, periodista y crítico de arte francés. Tras el abandono de su padre, su infancia transcurrió entre Mónaco, Cannes y Niza, y en 1900 se instaló finalmente en París, donde se abrió paso en los círculos literarios y artísticos y entabló amistad con Alfred Jarry, Derain, Picasso y otros artistas y poetas que marcarán el arte moderno del siglo xx. En 1907 publicó de manera anónima los relatos eróticos Las once mil vergas y Las hazañas de un joven don Juan (1911), que circularon de forma clandestina. A ellas se sumaron los poemarios por los que es fundamentalmente conocido: Alcoholes (1913) y Caligramas (1918), así como Il y a (1925), Le guetteur mélancolique y los Poèmes à Madeleine (1952), publicados póstumamente. Entre sus cuentos destacan El encantador putrefacto (1909), El heresiarca y Cía (1910) y El poeta asesinado (1916), así como su drama «surrealista» Las tetas de Tiresias (1917). Tras participar en la Primera Guerra Mundial, en la que resultó herido, murió en París en 1918 a causa de la pandemia de gripe que asoló Europa.