Decía el poeta argentino Juan Gelman que "uno llega a la conclusión de que lo mejor es mundar". Pero ¿qué es mundar? Lo primero que se puede decir es que mundar es una palabra limpia, de seis letras que no se repiten, una palabra que lleva en sus entrañas el sustantivo donde cabe el mundo todo. Lo segundo es aclarar que mundar es un verbo que permite el objeto, el complemento, pero no lo exige; de ahí, que el poeta dejara en el aire su carácter transitivo o intransitivo y, al crearlo, pusiera su belleza y sonoridad por delante de un significado que solo se intuye, pero del que no se tiene certeza porque está abierto al azar de cada día y a la imaginación de cada uno. Por último, mundar tiene el carácter de mudanza, de desplazamiento, y supone ,una manera de ser y de estar en el mundo, acaso de viajar por el mundo, procurando que "el camino sea largo, rico en experiencias, en conocimiento", tal y como recomendaba Constantino Cavafis.
Las sandalias aladas de Hermes (libros para viajar, lecturas para mundar) ofrece un recorrido por la literatura viajera desde los orígenes de la escritura hasta nuestros días, incluyendo en cada parte cientos de referencias a viajeros, a escritores y a sus obras.
Las sandalias aladas de Hermes (libros para viajar, lecturas para mundar) trata de ser una botella lanzada al mar en busca de un destinatario al que llevar un doble mensaje: una invitación a mundar, a viajar por el mundo y los libros que han tratado de hacerlo más ancho y habitable, y otra, a mudar, para ser y más ser, para ver lo otro, para vernos en el Otro.