Edgar Alan Poe en su preceptiva sobre el cuento defendía que no debe escribirse una sola palabra de más, por lo que la longitud excesiva tiene que evitarse. Hoy, más de siglo y medio después, lo breve alcanza todas las artes, surgiendo de un mismo impulso: despojar el arte de lo superfluo para revelar lo necesario, lo esencial.Sin embargo, hacer lo breve bueno, y, por tanto, dos veces bueno, segun la maxima de Gracian, no siempre se consigue. Afortunadamente para el lector, Ajuste de Cuentos hace que menos sea mas. Para lograr tal fin, el autor utiliza un lenguaje verdaderamente sugerente, en el que no faltan interesantisimos hallazgos de palabras perdidas u olvidadas, pero tambien de parabolas nuevas, metaforas renovadas y aforismos inventados. Se trata de un singular ejercicio de sintesis con la vida como fondo, la prosa poetica como forma y el humor como recurso.Ajuste de Cuentos se ha estructurado como un abanico de once varillas que, al abrirse, nos muestra toda una serie de nuevos paisajes por descubrir y, al cerrase, nos invita a entrar en los jardines secretos del yo. La nueva edicion se ha ampliado hasta los 369 relatos, en los que el autor trata de huir de generos y estilos literarios, intentando que la narracion permanezca sin ataduras como un pequeño tesoro en el corazon de la memoria. No obstante, algunos criticos literarios han percibido en ellos no pocos rasgos de la tecnica de Moterroso, el ingenio de Kafka, la lucidez de Borges, la gregueria de Ramon Gomez de la Serna y los aromas del haiku. El resultado son relampagos que iluminan la noche oscura (J. F. Olalla).Cualquiera que se acerque a este nuevo Ajuste de Cuentos, y hay muchas maneras de hacerlo,encontrara las imagenes del ilusionista y no tendra mas remedio que sorprenderse y a veces emocionarse con ellas. Es dificil decir mas con menos.Si se nos permite la sugerencia, una buena medida para calibrar la mayor o menor exactitud de los relatos que componen este Ajuste de Cuentos, es que resistan una primera lectura y que, despues de leerlo, alguien pueda decirle a un amigo: ahora que tenemos tiempo, cuentame uno de estos cuentos, tal y como recomendaba Jorge Guillen. En tal caso, eso querria decir que el abanico habria conseguido ofrecerle al lector un poco de aire fresco y de placer con los que aliviar la calima de los dias presentes.De no ser asi, trate de disfrutar con otro pericon que agite mejor el viento, pero no deje de llevar siempre consigo un buen trozo de literatura, a ser posible cargada de humos y de futuro. Puede resolverle algunas situaciones comprometidas y hacerle mas llevaderas muchas otras.
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