Alejandro Casona juega con la fantasía y la realidad en el teatro. Estamos, y se ve desde la primera escena, ante una escenificación del teatro dentro del teatro, no al modo pirandeliano, sino instrumentando elementos del vodevil. Los árboles mueren de pie nos ofrece un mundo tocado de fantasía y unos personajes que ejemplifican una idea moral. Desde la escena pretenden mostrar y demostrar al espectador el bien, la belleza, la vida en su expresión más genuina, bondadosa y maravillosa. La función de esta obra es orientar hacia el sendero de las fuentes cristalinas y limpias de una vida mejor. «Que no me vean caída. Muerta por dentro, pero de pie. Como un árbol».
Ficha técnica
Prologuista: Mauro Armiño
Editorial: Editorial Edaf, S.L.
ISBN: 9788441444201
Idioma: Castellano
Número de páginas: 160
Tiempo de lectura:
3h 44m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 14/04/2025
Año de edición: 2025
Plaza de edición: Es
Colección:
Biblioteca Edaf
Biblioteca Edaf
Alto: 21.0 cm
Ancho: 13.0 cm
Peso: 200.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Alejandro Casona
Alejandro Casona (Besullo, Cangas del Narcea, Asturias,1903 - Madrid,1965) fue un dramaturgo y maestro español de la Generación del 27. En 1932 consiguió el Premio Nacional de Literatura por Flor de leyendas, una colección de lecturas para jóvenes, ilustrada por Rivero Gil. En 1933 se le concede el premio Lope de Vega del Ayuntamiento de Madrid, gracias a lo cual consiguió poner en escena por fin una de sus principales creaciones: La sirena varada, pieza antinaturalista, definidora ya de su estilo poético a la par que misterioso (“misterioso a la asturiana”, como escribió Max Aub al hablar de él), y estrenada en 1934 en el Teatro Español. La Guerra Civil le empujó al exilio en 1937 y se estableció defiitivamente en 1939 en buenos Aires, Argentina. Del periodo de exilio son las obras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones. Regresó a España en 1962, donde estrenó con éxito de público y gran alboroto crítico lo mejor de su producción. Discutido por unos y consagrado por otros, Casona puso en escena su última obra, un retrato de Francisco de Quevedo, titulada El caballero de las espuelas de oro en 1964, con una excelente interpretación de José María Rodero.