Los bienaventurados de María Zambrano compone en sus fragmentos las islas de un logos sumergido, territorios entresacados de los oscuros lugares ocultos al implacable imperio de la razón discursiva. Más allá de la identidad de ser y pensar, más allá de la filosofía, Zambrano establece un nuevo diálogo entre el gnosticismo, la razón occidental y la poesía. De la vida a la muerte, tejiendo sus confines, la visión, ese otro modo de conocer, descubre las prodigiosas heridas a través de las que el ser se abre y se revela. Quizás en ninguna otra obra de Zambrano se aborden con mayor penetración y belleza las raíces de la conciencia y su inhibiciÛn frente al alma vegetativa librada a sí misma, a la materia suelta, a la exasperaciÛn que ello conlleva de la humana esperanza. Adentrándose nuevamente hacia el punto inviolable del ser donde se inicia el crecimiento de toda vida, nuevos giros reveladores clarifican los lugares del cuerpo y sus despliegues desde el arrastrarse inicial de toda la vida ñla sierpe, el ímpetu vitalñ, y la incesante búsqueda del cuerpo desconocido, ya que ninguno le basta a la vida. Y la meditación sobre la escala de la vida y del cuerpo viene acompañada de una fenomenología de la esperanza y sus modos, sus territorios colindantes (la fe, la caridad, la gracia, la generosidad), su sustento (la confianza), sus congéneres (ilusión, avidez, arrogancia), sus propias mutaciones en la exasperaciÛn y la desesperanza, y finalmente sus tránsitos hacia la abolición de toda espera, hacia el puro desamparo que desata el tiempo, lo entrega a la inmensidad de su propia incertidumbre, al vacío, al desierto. La esperanza sin fin. Aparecen así los Bienaventurados como pájaros impensables, lugares de un abismo blanco, indiscernibles al filo del silencio, corona de la condición humana al quedarse sÛlo en lo esencial de ella, en su identidad invulnerable. El exiliado, el místico, el filósofo, el poeta serían los contrapuntos, y los danzantes, cada uno a su modo, de esa persecución del centro inexorable, más allá de toda tentación de ex