Convertido en prototipo, inimitable pero provocador de secuelas, clasificado por algunos dentro de una literatura irracional, Thomas Bernhard demostró en toda su obra que por el contrario todo está calculado en sus textos, todo responde a una mecánica precisa destinada a llevar al lector al sufrimiento y la exasperación. Sus obsesiones son universales y antiquísimas (la muerte, la incapacidad para la vida social)y están expresadas sin tapujos ni simbolismos, arropadas por una honda y envolvente reflexión que con frecuencia solo conduce a una ausencia de salidas y a una mayor desesperación.«Los comebarato» es un único bloque monolítico de texto enlazado, sin un solo punto y aparte, sin un solo respiro en la carrera agotadora de seguir el monólogo de Koller, el protagonista, que se mezcla con el monólogo del narrador. «Los comebarato» es el relato de la destrucción, destrucción de la vida del protagonista abocado a la incapacidad de producir su obra y abocado a la incapacidad para la vida social; destrucción del texto sobre sí mismo, que marea y hace perder el ritmo y el sentido; destrucción con ello de la estética tradicional, que hace imposible clasificar su prosa en género alguno.
Ficha técnica
Editorial: Ediciones Cátedra
ISBN: 9788437629759
Idioma: Castellano
Número de páginas: 144
Tiempo de lectura:
3h 21m
Encuadernación: Tapa dura bolsillo
Fecha de lanzamiento: 06/03/2012
Año de edición: 2012
Plaza de edición: Es
Colección:
Letras Universales
Letras Universales
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Grueso: 0.9 cm
Peso: 110.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Thomas Bernhard
Thomas Bernhard es uno de los escritores austriacos más importantes de todos los tiempos. Nació en Heerlen (Países Bajos), el 9 de febrero de 1931. Toda su obra, cargada de ácida ironía, se caracteriza por su manifiesto pesimismo sobre el género humano, y su obsesión por la muerte y la autodestrucción. Se mostró muy crítico con la sociedad contemporánea, sobre todo en las obras autobiográficas que publicó a partir de 1975, a la que identifica con una época sin referencias en la que ya no se puede creer en nada. Tal crítica la centró sobre todo en su país, Austria, con el que mantuvo durante toda su vida una especial relación de amor-odio que se extendió hasta más allá de su muerte. Al fallecer, el 12 de febrero de 1989, en Gmunden (Austria) dejó expresa su última y sorprendente voluntad: prohibió durante la vigencia de sus derechos de autor (setenta años) toda representación, publicación o impresión de su obra en Austria. Sus restos reposan en Viena en una tumba sin nombre, también por deseo expreso. Entre los premios recibidos a lo largo de su carrera, cabe destacar el Nacional de Literatura austriaco, en 1967.