Roberto Arlt (1900-1942) nació en Buenos Airesen un hogar burgués. A los dieciséis años se va de casa y, tras vagar por un sinfín de oficios, comienza a trabajar comoperiodista y publica su primer relato, Jehová. En los añosveinte escribe a destajo para toda suerte de publicaciones.En 1926 aparece su primera novela, El juguete rabioso,y en 1929 Los siete locos, su consagración como escritor inclasificable, áspero y polémico. Inicia entonces una seriede viajes por Uruguay, Brasil, España y el norte de África.En 1935 regresa a Buenos Aires, abandona prácticamentela novela y sus relatos derivan hacia el humor, lo grotescoy lo fantástico. Falleció prematuramente a causa de un infarto.Los siete locos y su continuación Los lanzallamas,incluida en este volumen es una de las novelas más singularesy apasionantes de la literatura moderna. La trama siguelas desventuras de Erdosain, inventor fracasado que, tras ser descubierto en un desfalco, corre el riesgo de acabar en prisión. Decide entonces unirse a una sociedad secreta empeñadaen derrocar al gobierno para instaurar un nuevo orden.A lo largo de la narración conoceremos los detalles de la vida privada de Erdosain y del resto de sus compañerosde conspiración, sórdidos y tragicómicos a veces,porque «los seres humanos son más parecidos a monstruos chapoteando en las tinieblas que a los luminososángeles de las historias antiguas».
Ficha técnica
Editorial: Valdemar
ISBN: 9788477027409
Idioma: Castellano
Número de páginas: 680
Tiempo de lectura:
16h 18m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 14/02/2013
Año de edición: 2013
Plaza de edición: España
Colección:
Diogenes (Valdemar)
Diogenes (Valdemar)
Número: 311
Alto: 12.5 cm
Ancho: 19.5 cm
Especificaciones del producto
Escrito por Roberto Arlt
Nacido en Buenos Aires en 1900, fue un escritor de ficción, dramaturgo, columnista e inventor argentino autodidacta. Hoy es considerado uno de los autores clave en la tradición literaria argentina, en especial gracias a algunas de sus novelas y cuentos, así como a los textos periodísticos conocidos como «aguafuertes». Sin embargo, su obra fue firmemente ignorada por la crítica tanto en vida de Arlt como tras su muerte, acaecida en 1942. Solo obtuvo un progresivo reconocimiento ya bien entrada la segunda mitad del siglo XX a raíz de la reivindicación de su papel renovador e iconoclasta por parte de escritores y críticos como Osvaldo Soriano, Julio Cortázar, Roberto Bolaño o Ricardo Piglia.