Cada mañana, la señora B pasea por la playa con su sombrero y sus gafas de sol, hasta que una gaviota decide posarse en su cabeza. Lo que empieza como una molestia se transforma en una tierna amistad, donde los cuidados, la paciencia y la compañía cobran un valor inmenso frente al paso del tiempo y las mareas de la vida.