El celebre tenor Ian Bostridge pasó casi dos años sin poder pisar los escenarios a causa de la pandemia, hecho que lo llevó a reflexionar sobre el valor irrenunciable del contacto directo con el público, a la vez que le permitió ahondar en el amplio catálogo de clásicos que ha interpretado a lo largo de su carrera. Mediante una prosa lúcida y absorbente, Bostridge explora en estas páginas el modo en que Monteverdi, Schumann y Britten emplearon y subvirtieron los roles de genero en sus composiciones, cuestiona la jerarquía y el poder coloniales en Chansons madecasses de Ravel, y analiza las meditaciones de Britten sobre la muerte en obras como War Requiem o Death in Venice. Las singulares reflexiones de Bostridge nos permiten comprender la asombrosa intensidad de sus interpretaciones, en las que la extraña fusión de melodía y pensamiento brinda autenticas epifanías tanto al cantante como a su público.