Si hay un poeta indiscutible en el siglo XX español, un artista tan sugerente que ha atravesado todas las fronteras y llegado a varias generaciones ese es sin duda Federico García Lorca. Su obra se caracteriza por una enigmática originalidad que se transforma al ritmo de la variedad cambiante de palos que tocan sus poemas: del mito al Romancero gitano, de la elegía a todos los matices del amor, de la canción más pura a la sofisticación vanguardista de Poeta en Nueva York. Una secuencia única de guitarras, colores, rascacielos y llantos. Esta antología, seleccionada por Gonzalo Torné, ofrece una panorámica de todas las etapas del poeta. Para desvelar todos los enigmas de la caja de sorpresas que es este libro contamos con el prólogo de un poeta contemporáneo, Juan F. Rivero, gran admirador y concienzudo lector de Lorca que nos ofrece las principales claves interpretativas. Poesía selecta se completa con las ilustraciones de Sara Morante, artista de amplia experiencia, que nos ofrece una visión pictórica del universo de Lorca. Una sugestiva compenetración entre palabra e imagen con la que inauguramos nuestra colección de libros de poesía ilustrados
Ficha técnica
Ilustrador: Sara Morante
Editorial: Alba Editorial
ISBN: 9788411781091
Idioma: Castellano
Número de páginas: 144
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 20/11/2024
Año de edición: 2024
Plaza de edición: España
Colección:
Alba Poesía
Alba Poesía
Alto: 24.0 cm
Ancho: 16.0 cm
Peso: 512.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Federico García Lorca
Fuente Vaqueros, (1898-1936). Federico García Lorca, poeta y dramaturgo, pasó los primeros años de su infancia en su pequeño pueblo granadino antes de marchar a Granada para estudiar en la Universidad. Allí conoció a Manuel de Falla, personaje que ejerció gran influencia sobre él, transmitiéndole el amor por el folclore y lo popular. Años más tarde, se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde Lorca se dedicó con pasión a la música, el dibujo, el teatro y la poesía. Su obra se caracterizó por poseer un lenguaje personal, inconfundible, que residió en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.