Sala de los espejos (Epigramas, enigmas y otras contemplaciones) de José Verón Gormaz.
La poesía epigramática, que combina la intimidad lírica con la crítica social, surge en nuestra época -tan discutible- como hace siglos lo hizo en las turbulencias de la Roma imperial. Otro lenguaje, otras formas poéticas, otra tecnología, pero los mismos vicios, las mismas corruptelas, las mismas miserias. Sala de los espejos recorre nuestro tiempo con los ojos de un poeta que esconde un agudo aguijón entre sus versos, ácidos y breves, ocupados en descubrir los múltiples pecados de nuestra sociedad sin mencionar a los pecadores. La condición humana y sus miserias son los verdaderos protagonistas de esta colección de epigramas actuales, que proponen, en ocasiones, una original variante lírica del aculeus final como vehículo sorprendente de la duda reflexiva, dejando que el lector, si así lo desea, obtenga sus propias conclusiones. Con frecuencia, Sala de los espejos (Epigramas, enigmas y otras contemplaciones) evoca un célebre aforismo del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein: \"El humor no es un estado de ánimo, sino una visión del mundo\". Hay epigramas que, ciertamente, coinciden con esta opinión. El lector tiene la palabra.