En la madrugada del 10 de noviembre de 1990 Félix Grande comprobó que su mejor amigo, Horacio Martín, había enloquecido: lo encontró en las ruinas de Al-Zahara, vestido de harapos, comiendo el pan de la limosna, creyéndose encarnado en el poeta cordobés del siglo XI Ibn Zaydun, escuchando solitario en un desvencijado radiocasete las músicas que durante un cuarto de siglo había compartido con sus amantes y espantosamente sosegado: era el sosiego que precede a la aniquilación. Los cuerpos de mujer y la poesía fueron las dos pasiones sobre las que Martín edificó su vida; la soledad y la esterilidad poética lo desmoronaron. En los textos del poeta que se reúnen en este libro, sus lectores asistirán a una reflexión tentacular sobre la relación entre la angustia del paso del tiempo y la sacralización de la sexualidad, sobre el homogéneo orgullo de las cicatrices del amante y las cicatrices del torero y sobre las correspondencias entre el infierno de las separaciones amorosas y el sentimiento de la muerte. Novela fragmentada, relato poético, ensayo heterodoxo entre la pulsión erótica y el abrazo con el dolor como preparación para la desaparición y el olvido, este libro extraño, nocturno y conmovedor, dibuja también el alma de un poeta romántico que se abandonó al exterminio de su conciencia para no tolerar la vergüenza de la decrepitud. Con esta autobiografía dispersa de Horacio Martín, el poeta Félix Grande se despide de su amigo y maestro: una despedida sobresaltada por el horror y por la envidia que suelen producir los artistas desesperados.
Ficha técnica
Editorial: Valdemar
ISBN: 9788477021582
Idioma: Castellano
Número de páginas: 256
Tiempo de lectura:
6h 3m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 12/10/2005
Año de edición: 2005
Plaza de edición: España
Colección:
El Club Diogenes
El Club Diogenes
Número: 44
Alto: 14.0 cm
Ancho: 21.5 cm
Peso: 70.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Félix Grande
Poeta, escritor, ensayista y crítico español nacido en Mérida, Badajoz, en el año de 1937. Autor de múltiples facetas, fue quizás, junto a García Lorca, el representante más genuino de la «Generación del 27». Vivió en el exilio como muchos de los poetas de su tiempo, y desde allí defendió la palabra poética y el culto a la alegría. Es letrista, guitarrista y un estudioso apasionado del flamenco, al que dedicó su última obra «Paco de Lucía y Camarón de la Isla». Obtuvo, entre otros, los premios de poesía Adonais en 1963, Alcavarán en 1963, Guipúzcoa en 1965, Eugenio d'Ors en 1965, Gabriel Miró en 1966, Casa de las Américas en 1967, Nacional de Literatura en 1978 y Barcarola en 1989. En el año 2004 se le concede el Premio Nacional de las Letras.