¿Existe el suicidio o estamos ante distintas formas de darse muerte, etiquetadas como suicidios? O, más en extenso, ¿existe el suicidio como fenómeno inequívoco, o de lo que hablamos es de diferentes perspectivas psiquiátricas, forenses, sociológicas, que homogeneizan actos heterogéneos bajo el mismo nombre?
La necesidad de apellidar el suicidio con un en implícito (suicidio en el alcoholismo, en los jóvenes, en la depresión) y un por explícito (suicidio lógico, suicidio romántico, suicidio-huida) parecen indicar lo heterogéneo del fenómeno que impone una falsa identidad en base al final común mortal.
Entonces, si los suicidios son conductas bastante heterogéneas, ¿no deberíamos acercarnos al fenómeno con pocas pretensiones de saber psicológico y enfrentarlo desde una primera perspectiva autobiográfica? Es por esto que esta obra recoge una amplia muestra de historias que ponen en evidencia que no se pueden homogeneizar con la palabra suicidio y que debería hablarse de Suicidio(s), todos apellidados por su historia biográfica.
Guillermo Rendueles analiza esta heterogeneidad a través de las cartas que nos dejan, que son quizás, “la literatura con mayor probabilidad de mostrarnos la veracidad de los hechos”, apoyándose en su entorno cercano que en muchas ocasionas considera que fue para ellos absolutamente enigmático, otras veces, sin embargo, son decisiones aparentemente racionales, o envueltas de historias de violencia o realizado en compañía.
Otra excelente aportación de este psiquiatra, que ha dedicado su vida a la mejora de la asistencia de las personas con problemas de salud mental, es que nos conecta sus reflexiones con los pensamientos y biografías de Camus, Dostoyevski, Styron, Pavese, Heidegger, Levi, Amos Oz, Durkheim, Foucault y Wittgenstein, entre otros.
Es muy interesante también el capítulo final sobre lo que opinan los jóvenes acerca del suicidio que está tomado de la investigación de la tesis doctoral realizada por Mª Elena Pinto. Es indiscutible que escuchar la voz de los jóvenes resulta siempre de ayuda en la prevención del suicidio, y por tanto, es fundamental para todos los que están en contacto con ellos.