TOMAS ALVIRA UNA PASION POR LA FAMILIA, UN MAESTRO DE LA EDUCACIO N

Nada había de espectacular ni llamativo; la grandeza la ponía aquel rasgo de su personalidad que sobresalía sobre cualquier otro: su capacidad de amar. Sin duda trabajó mucho pero amó más.Nada había de espectacular ni llamativo; la grandeza la ponía aquel rasgo de su personalidad que sobresalía sobre cualquier otro: su capacidad de amar. Sin duda trabajó mucho pero amó más.El recorrido del protagonista discurre entre 1906 y 1992, envuelto en los avatares de ese largo período. Las peripecias de su vida, salpicada de anécdotas, giran alrededor de tres aspectos, donde el narrador detiene la imagen con mayor precisión: su inimitable arte de educador, el modo concreto de forjar una familia, y la apertura de su talante para cuajar amistades allí donde se encuentre. A medida que se penetra en el personaje se descubre que hay un"algo"que unifica y da sentido a toda su existencia. Pronto encuentra un hecho que marca un punto de inflexión en su vida: el encuentro con el fundador del Opus Dei en el Madrid de la Guerra Civil. Se trenzó allí una amistad leal, heroica en determinados momentos, llena siempre de sencillez y grandeza, cauce de una invitación personal de Dios a Tomás Alvira. La historia del protagonista es también el testimonio de una familia con sus luces y sus sombras, gozos y alegrías, pero tan cercana...