A lo largo de la mayor parte de su curso, el Drina discurre a través de estrechas gargantas, entre montañas abruptas, o atraviesa profundos cañones entre ribaños verticales. Solamente en algunos lugares sus orillas se abren en amplios valles y forman, ya sobre uno, ya sobre ambos ribazos, extensiones de terrenos fértiles, en parte llanas y en parte onduladas.