XXL Y EL OCTETO MALDITO

 El Doctor Kaos y el Capitán Isóbara sacan de la cárcel a los componentes de la banda de los Swoonarie para formar el Octeto Maldito y vengarse de XXL. Una vez formada la nueva organización criminal (nombre, uniforme y jerarquía interna), preparan y ejecutan su primer golpe: el robo del famoso VDE (Virus del Descontrol Emocional, guardado en uno de los laboratorios más seguros del universo conocido). Este primer golpe tiene una doble finalidad: conseguir el virus para incorporarlo al arsenal del Octeto y utilizarlo para chantajear al mundo: en teoría, lo devolverán a cambio de XXL.Tras una reunión en la ONU, con cuyos mandatarios XXL se relaciona de maravilla tras derrotar a la asggråliana vengadora (véase las págs. 121-123 de la quinta entrega), se decide aceptar el intercambio, pero preparando una trampa para pillar a los malvados del Octeto.La trampa, como era de esperar, no funciona, de manera que el Octeto acaba teniendo el virus y a XXL.En la siguiente reunión plenaria del grupo, el único punto del orden del día es qué hacer con XXL. La opinión de los impacientes es cargársela ya, pero la sección más retorcida tiene una idea mejor: incorporarla al grupo (el planteamiento tiene su lógica: si se la cargan, la convierten en una heroína, con el consiguiente peligro de generar un montón de imitadores; en cambio, si consiguen que sea malvada [gracias a una inyección del arsenal de los Swoonarie], el mundo la odiará por su traición).Con XXL incorporada al grupo, el Octeto empieza su verdadera carrera criminal.El mundo está aterrorizado.Gracias al localizador de malvados de Laika, la mascota robot de Alfonso, éste encuentra el escondrijo del Octeto y consigue recuperar a XXL para la causa de los justos. Sin embargo, XXL se queda con el Octeto haciendo de infiltrada (en contacto permanente con Alfonso).En el momento adecuado, XXL y Alfonso contraatacan y, tras una sucesión de luchas y estratagemas, el gran combate acaba con la derrota y muerte de XXL, que será enterrada con todos los honores en el cementerio de Arlington.