El tratado titulado «El origen de las palabras, la filosofía y la religión», que aquí se presenta, constituye la Segunda parte del «Libro de las letras». En él se expone una historia de la construcción social del conocimiento desde los estadios más primitivos a los más avanzados, prestando una especial atención al lenguaje (matriz de este desarrollo), al estudio de las diferentes formas de razonamiento y a la construcción social del saber. A partir de aquí, Al-Farabi investiga la aparición de las filosofías y las religiones, los argumentos en que se basan, las funciones que cumplen y los trasvases y conflictos que pueden surgir entre las mismas. Resultado de este estudio es la afirmación de la universalidad de la razón, facultad que permite el entendimiento entre hombres provenientes de religiones distintas y hace posible la crítica de los elementos retrógrados que hay en cada tradición. El pensamiento de Al-Farabi, contemporáneo de la edad de oro del Islam clásico, nos ofrece, por primera vez, un sistema completo de la filosofía árabe con todos sus temas centrales bien perfilados, en cuya estela trabajarán figuras como Avicena o Averroes.
Objeto de estudio de Alfarabi en varios de sus libros es la felicidad: el fin de la vida humana es lograr la dicha que se alcanza en este mundo, aquella que tiene que ver con el hombre en general y no con el hombre musulmán en particular. El camino de la felicidad» pretende mostrar cómo cultivando la virtud el ser humano puede obtenerla. Traducida al latín en el siglo XIII, la obra muestra una gran influencia de la Ética a Nicómaco de Aristóteles y divide su reflexión en tres partes: sobre la felicidad y la virtud humana; sobre las virtudes morales, que tienen que ver con la parte apetitiva del hombre; y sobre las virtudes intelectuales, que son las propias de su parte racional.