"El tabaco es la sustancia legal más objeto de contrabando del mundo. El contrabando de cigarrillos alimenta una economía sumergida queapoya a muchos de los actores más violentos en el escenario mundial, porque el delito es el más rentable y el que implica menos riesgos.Está demostrado que ayuda a financiar el terrorismo y diversos conflictos mundiales, fomenta la corrupción y sigue siendo una fuente defondos para algunos de los regímenes más represivos a escala internacional. A pesar de su amplio impacto en la salud, el crimen y losimpuestos, el contrabando de tabaco recibe poca atención por parte de las autoridades. Incluso hay países en los que ni tan siquiera esconsiderado delito. Alejandro Riera, autor de títulos tan celebrados como ""La Mafia China"", se adentra en esta ocasión en los entresijos deun mundo todavía desconocido en el que el crimen organizado campa por sus respetos, obteniendo con ello un lucro ilícito quesobrepasa con creces cualquier expectativa.AUTORAlejandro Riera Catalá (Alicante, 1975). Ha pasado los últimos años de su vida investigando intensamente el mundo delcrimen organizado, a nivel mundial, en especial la mafia china y la mafia rusa (que plasmó en la exitosa obra LaOrganizatsja, mafia rusa, mafia roja). Guionista de televisión, también colabora con diversos medios de comunicación;trabajos que compagina con el que desarrolla en el gabinete de un Colegio Profesional."
«Cuando empecé a documentarme para escribir este libro, mantuve reuniones con varias personas de origen chino que un amigo, de un amigo, conocía. A una misma pregunta, los tres respondieron de idéntica forma. #La mafia china no existe#. El silencio, es una de las armas más importantes de esta organización criminal.» Les han bautizado con mil nombres, pero las sociedades que nacieron para «derrocar a los Qing y restaurar a los Ming», han degenerado hasta convertirse en un cáncer para una sociedad globalizada. Se han adaptado al medio para sacar el máximo partido de los negocios ilícitos que ya lucraban a ciertos movimientos secretos desde los albores de la historia de China. «Las Tríadas, son como la gripe, mutan, son virulentas y le sacan partido a sus iguales en beneficio propio, son como parásitos... como sanguijuelas.» Aunque los gobiernos se esfuerzan por descabezar estas redes criminales, estas organizaciones, como una enfermedad incurable, resurgen, mutan y se extienden por la geografía mundial con una aparente impunidad, parecenser indestructibles.
El 7 de julio de 1730, Olivier Levasseur, un sanguinario pirata, justo antes de ser ahorcado por sus crímenes, sacó de sus ropajes un pergamino, y lanzándolo al aire, proclamó: Mes trésors à qui saur