Alfredo Gavin Agustí (Ribarroja d’Ebre, 1957). Ha publicado los siguientes libros de poesía: Ceremonias de paso (1992), Decir buenos días nuevamente (1997), Sonetos de la intemperie (2001), El somni d’un riu (2002), Allí donde el amor (2003), Els castells de la memòria -donde ilustra sus propios poemas- y El mirall de la metròpoli -fotografías y poemas.
Actualmente ha editado Un país de bacteris, un bestiario contemporáneo con ilustraciones del autor, dentro la colección Los solas cuadrados, y El hijo de Clint Eastswood (2011). Ha participado en diferentes libros colectivos: Pasión primera (1984), Homenaje a Vicente Aleixandre (1985), Poemax (1999), Tempestades de amor contra los cielos. Homenaje a José Agustín Goytisolo (2000), El Jaikú a Espanya (2002), Palabras frente al mar (2003), Cambrils retrat amb paraules (2005). Ha colaborado en la revista literaria La poesía, Señor Hidalgo. Ha hecho varias exposiciones de pintura -tintas y acuarelas-, sus dibujos ilustran portadas de libros en diferentes colaboraciones.
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Palestina es una reflexión poética acerca de las heridas de la historia que se reciben como una herencia: el trasvase de un dolor o de una injusticia que pasa de una generación a otra como un encadenamiento que nos ata a un bucle de tiempos revueltos de los que, parece, no se puede escapar. Versa sobre el abandono de la tierra natal por los desafectados señuelos de la modernidad; sobre la asunción de las pérdidas irreparables; sobre la conciencia que busca luz y consuelo para enfrentarse a la confusión de los convulsos sentimientos del ser en el mundo. Ser en el mundo siempre es ser dentro de un marco de identidad de lugar y tiempo reconocible. Lugar: tierras de escasos recursos. Tiempo: los de una memoria reciente con ecos de la postguerra. Partiendo de una experiencia personal de injusticia vivida en la adolescencia, el poeta ampara su reflexión, su intrusión, su ceguera, su búsqueda, en el ámbito mítico de Palestina, que es crisol vivo y sangrante de luchas, es decir, de esperanzas. Palestina es la metáfora de un conflicto que nos enraíza personal y colectivamente en el paisaje físico y moral de la mediterraneidad. El sentir de una idea que es un rapto en el que nos perdemos para encontrarnos, o tal vez, al revés, en el que nos encontramos para perdernos.
"Per menysprear les idees fantasioses els espanyols empren aquella frase de castillos en el aire. Els francesos, potser sentint-se al·ludits, diuen château en Espagne. I els catalans? Nosaltres també en tenim, de castells; tal vegada no tan esplèndids ni tan ben conservats, però amb una història memorable. "Para despreciar las ideas fantasiosas los españoles utilizan esa frase de castillos en el aire. Los franceses, quizás sintiéndose aludidos, dicen château en Espagne. Y los catalanes? Nosotros también tenemos, de castillos; tal vez no tan espléndidos ni tan bien conservados, pero con una historia memorable.
Les persones creen la ciutat, i alhora les persones creen l'ésser. La ciutat és un espai ocupat, envaït, empresonat. Un espai de lluita i contradicció; és tens i distens, on es viu amb ostracisme i llibertat. Les fotos de Cristòbal García i els poemes d'Alfredo Gavín furguen aquest llindar de persones i construccions, no tant per trobar un camí de comprensió sinó com una contribució creativa a aquesta ret d'estímuls i símbols que suposa viure en una ciutat. Una ciutat que ens perd i ens guanya. Que s'inventa i ens inventa cada dia. Que ens ignora i ens fa anònims o la ignorem i ens fa superbs. Una ciutat que es veu i que es torna a veure i no dóna més que indicis de realitat, cúmuls d'aparences, pistes falses. Un mirall de mil imatges que només es troba quan la retrobem en la vida i la memòria. Las personas crean la ciudad, al tiempo que las personas crean el ser. La ciudad es un espacio ocupado, invadido, encarcelado. Un espacio de lucha y contradicción, es tenso y distienden, donde se vive con ostracismo y libertad. Las fotos de Cristóbal García y los poemas de Alfredo Gavín escarban este umbral de personas y construcciones, no tanto para encontrar un camino de comprensión sino como una contribución creativa a esta rinde de estímulos y símbolos que supone vivir en una ciudad. Una ciudad que nos pierde y nos gana. Que se inventa y nos inventa cada día. Que nos ignora y nos hace anónimos o la ignoramos y nos hace soberbios. Una ciudad que se ve y que se vuelve a ver y no da más que indicios de realidad, cúmulos de apariencias, pistas falsas. Un espejo de mil imágenes que sólo se encuentra cuando la encontramos en la vida y la memoria.
La proposta dAlfredo Gavín polsa una corda que ve des de molt antic i arriba fins al present, en etapes discontínues i, a la vegada, segellades per lestat de la cultura al mateix temps en què aques
Les fotografies de Cristòbal García i els poemes d'Alfredo Gavin ens presenten el riu com un somni i el somni com un riu: va lluny sense sortir del marge. Las fotografías de Cristóbal García y los poemas de Alfredo Gavin nos presentan el río como un sueño y el sueño como un río: va lejos sin salir del margen.