Esta Introducción a la filosofía «presocrática» no es una Introducción a la filosofía presocrática en un sentido habitual: no tiene como propósito presentar a los distintos pensadores que solemos agrupar bajo la denominación de filósofos presocráticos. No se trata de una historia de la filosofía arcaica. Como las comillas indican, se trata más bien de una historia de la denominación filosofía «presocrática» y de los problemas historiográficos y filosóficos que están vinculados a dicha fórmula. De esta manera, el libro comienza con cuestiones tipológicas ligadas al empleo del sintagma filosofía presocrática y a las implicaciones que lo sostienen desde la Antigüedad hasta la época contemporánea. Platón, Aristóteles, Cicerón, Schleiermacher, Hegel, Nietzsche, Heidegger, Gadamer y Cassirer son los principales testigos de una historia intelectual compleja de la cual emergen dos modelos para pensar la relación entre el inicio de la filosofía y su herencia socráticoplatónica, según ponga uno el énfasis en la ruptura (Platón, Cicerón, Nietzsche, Heidegger) o en la continuidad (Aristóteles, Hegel, Nietzsche, Cassirer, los filósofos analíticos). El último capítulo del libroestá dedicado a una confrontación crítica entre dos presentaciones filosóficas opuestas de este punto de vista; la primera de Gadamer, que pertenece a la tradición fenomenológica heideggeriana, la segunda de Cassirer, que pertenece a la tradición racionalista en las huellas neokantianas.*¿Por qué se le llama filosofía "presocrática"? Descubre la historia de dicha denominación y los problemas filosóficos que plantea
Indiscutiblemente, en Empédocles el Odio forma parte de aquello que es. Cuando, vencido por el Amor, el Odio deja obrar, de repliega al exterior de la esfera, a la espera de su turno, fijado por el "cumplimiento del tiempo". Pero el Odio no es, como la guerra de Heráclito, el padre de todo- en todo caso no es el padre de un mundo humano. Es justamente porque es por l o que lo negativo debe ser abolido. Lo que no viene a ser lo mismo que afirmar con Parménides que no será pensado o, por el contrario, con Leucipo y Platón, que puede serlo. En este sentido, Empédocles es paradójicamente un "postsofístico".