La colonia olvidada traza la historia compleja e interesante de las comunidades de habla inglesa en la Argentina. A pesar de su escaso número, los británicos y norteamericanos -anglosajones y celtas-, han tenido una influencia no desdeñable y mantienen su presencia distintiva en la vida y la cultura argentinas. Andrew Graham-Yooll nos ofrece un amplio panorama de su presencia a lo largo de tres siglos: los primeros visitantes -Drake, Cavendish, el padre Falkner-; la trata de esclavos; las invasiones fracasadas; los comerciantes ingleses, los mercenarios y héroes militares como Brown, los colonos escoceses, predicadores, iglesias y colegios; las relaciones con tosas, los irlandeses del padre Fahy, los galeses de Chubut; los deporte -fútbol, rugby, polo, tenis; golf, etc.-, los viajeros y escritores, empresarios y bandidos; los ferrocarriles, Harrods y el Hurlingham Club; la cuestión de las Malvinas (con una memoria personal de los hechos de 1982) y el acercamiento con que se cierra el siglo veinte. La colonia olvidada es un libro de síntesis, informativo y necesario para entender la importante contribución británica en la historia común de nuestro país.
¿Cómo pudo la sociedad argentina vivir en compañía del miedo como si fuera algo normal? Durante la terrorífica década de los setenta, Andrew Graham-Yooll trabajó como redactor en el Buenos Aires Herald. A su alrededor, amigos y conocidos iban desapareciendo, secuestrados o asesinados por guerrilleros o bandas paramilitares. Aunque el menor traspie podia resultar en su propia muerte, Graham-Yooll continuo recabando informacion sobre esa carniceria y las actividades de terroristas, rebeldes y estatales; asistio a ruedas de prensa clandestinas; ayudo a padres, esposas y hermanos a seguir el rastro de sus familiares desaparecidos; e incluso tomo el te con un torturador que no se avergonzo de sus escalofriantes confesiones. Años despues recogeria sus recuerdos de esa epoca y les daria forma de libro.Memoria del miedo tiene su historia, como cualquier libro -escribe su autor-. Cuando estaba exiliado en Londres, un amigo me animo a publicar algo en su revista para que dejara de relatarle en el pub las historias de crueldad cuya memoria me abrumaba dia y noche. Con este libro solo pretendia mantener viva la memoria del miedo; mantenerla para no repetirla.Todos hemos conocido momentos de terror, pero nunca he leido un libro que transmita de tal forma lo que es vivir en un estado de terror per...