El pensamiento de Ramírez Velásquez en torno al silencio, como segundo poder del mundo, nos conduce todo el tiempo en un intento de definición de este en un contexto infinito de paz. Desde la presentacion hasta el final, se siente la seduccion de un rostro pensativo y el lenguaje de una conciencia en trance. Quince partes de un varon del camino sin descartar las relaciones con el sonido, la vida misma, la comprension, la prudencia y el ingenio. Entre palabras, el poeta desea dar descanso a la paciencia y refugiarse en el idioma de una flor blanca. Poco a poco se va planteando el problema de la sensibilidad del silencio borrando el capitulo de la ofensa. Hacia el final, Ramirez Velasquez nos baña con un cielo figurado en donde el silencio es la ilusion de una cruz que no tiene fin.
El pensamiento de Ramírez Velásquez en torno al silencio, como segundo poder del mundo, nos conduce todo el tiempo en un intento de definición de este en un contexto infinito de paz. Desde la presentacion hasta el final, se siente la seduccion de un rostro pensativo y el lenguaje de una conciencia en trance. Quince partes de un varon del camino sin descartar las relaciones con el sonido, la vida misma, la comprension, la prudencia y el ingenio. Entre palabras, el poeta desea dar descanso a la paciencia y refugiarse en el idioma de una flor blanca. Poco a poco se va planteando el problema de la sensibilidad del silencio borrando el capitulo de la ofensa. Hacia el final, Ramirez Velasquez nos baña con un cielo figurado en donde el silencio es la ilusion de una cruz que no tiene fin.