Livia (58 a.C.-29 d.C.), esposa de Augusto , el primer emperador romano, y madre del segundo, Tiberio , ejerció su poder en el centro de la escena política romana durante la mayor parte de su larga vida. Se la ha presentado como una maquinadora astuta y siniestra que elimino a sus adversarios, tantos los de su propia familia como lo de fuera. En esta biografia aparece como una persona mucho mas compleja, como una mujer que se gano habilmente el apoyo e incluso el cariño de sus contemporaneos y que tras su muerte se convirtio en una figura muy venerada. La extraordinaria vida de Livia abarco dos reinos que establecieron el modelo de gobierno del Imperio Romano durante los cuatro siglos siguientes.
Este libro nos ofrece una visión enteramente renovada de la vieja historia de los césares. Desde Tácito y Seutonio hasta Robert Graves, doce de los más prestigiosos especialistas en el estudio de la historia de Roma nos cuentan aquí las vidas de los grandes emperadores romanos, de Augusto a Justiniano, a la luz de los resultados más recientes de la investigación, que enriquecen y modifican mucho de lo que tradicionalmente se afirmaba. Descubrimos así, entre otras muchas cosas, que lo sucedido en el asesinato de Calígula y la elección de Claudio tiene poco que ver con lo que sostiene el mito; que, contra lo que se nos ha hecho creer, el pueblo romano veneraba el recuerdo de Nerón y arrojaba flores en su tumba o que un Constantino que en algún momento se quiso presentar como un santo, se distinguió más por sus crímenes que por su religiosidad.