El linaje de los Omeyas ejerció el poder califal, primero en Oriente, con capital en Damasco, y luego en Al Ándalus, estableciendo su capital en Córdoba. Durante su dominación tuvieron lugar las últimas grandes campañas de expansion del imperio islamico. Emprendieron la tarea de organizar administrativamente un territorio considerablemente mayor que el que rigieron sus predecesores, y con una poblacion mayoritariamente no arabe, formada por no musulmanes o por personas recien convertidas al islam. El califato de Cordoba supone la etapa politica de mayor esplendor en la Peninsula Iberica durante el periodo islamico, a pesar de su escasa duracion, ya que, en la practica, su apogeo concluye en el año 1010.Antonio Arjona Castro, desde su ingente erudicion en la materia, refrendada en titulos señeros, desgrana en este libro las claves que marcaron la presencia de los Omeyas en Cordoba, asi como el valioso legado que dicho periodo alumbro.