Los siete relatos de este libro hablan de los horrores de la historia, de complicidades o silencios pero también de quienes dijeron no y rescataron la dignidad del ser humano en tiempos sombríos. Memoria frente al olvido. Y respuesta a la interpelacion de los ausentes: los desaparecidos, los que ascienden como humo en los hornos crematorios o los que nos miran desde una vieja fotografia del album familiar. Tambien de los fragiles limites de lo real. Y del necesario rescate de las heridas, de quienes, con sus pequeños o grandes gestos de rebeldia, alimentan nuestra esperanza. Del descanso de los justos y las victimas. Ese descanso con el que finaliza el relato que da titulo al libro: Camino con Dios, de la mano de Dios, con el pelo de Dios, diciendo el nombre de Dios. Y juntos traspasamos el umbral. Al fin, yo, Samuel, el peluquero de Dios, voy a descansar en su silencio".
Elegía en Portbou es un libro estremecedor, de una gran altura estética y emocional, en el que Antonio Crespo Massieu indaga en la memoria de más de medio siglo de derrotas y esperanzas. En el dolor, sin duda. Pero también en los actos de bondad y de resistencia. El poema es espacio de acogida, de salvación de tanta vida aniquilada. En su afán de totalidad pretende ser testamento personal y colectivo, levantar acta de una biografía y de un espacio histórico: el que va desde la derrota del 39 hasta el final de la dictadura y nuestro mismo presente. La palabra nombra en este extenso poema, inacabado y abierto por su misma pretensión, las heridas del siglo XX, quizá el más cruel de la Historia. Crespo Massieu rescata las voces perdidas, los nombres olvidados, mediata acerca de la vida y la muerte y nos sitúa ante la indecible belleza que se contempla desde el blanco cementerio de Portbou.
Nacida del encuentro entre palabra y vida, la poesía nos ayuda a entender las zonas más dolorosas de la conciencia y de la experiencia, y a vislumbrar un mundo de luz contra la sombra. Antonio Crespo Massieu, con un lenguaje preciso y envolvente, nos ofrece en El dolor que amamos un hilo del tiempo que, como la presencia de un angel minimo, recogiera, una a una, las hebras del cabello de todas las mujeres humilladas y perdidas en el sumidero de la historia, de aquellas heridas por la injusticia, la enfermedad y la muerte. Y, con ellas, la memoria de todos los ausentes. La palabra poetica contra la disolucion y el olvido, como afirmacion de la vida: un hogar donde acoger Oel desamparo infinito de todas las ausencias. MANUEL RICO