Décadas antes de que la Revolución triunfase sobre la Reforma, un puñado de soberanos se empeñaron en servir a sus reinos apostando por el progreso en todos los órdenes, llamando a su lado, a tal fin, a los mejores talentos, para ponerlos a trabajar bajo sus ordenes. Carlos III fue uno de estos monarcas. Los madrileños son como los niños de pecho: cuando se les cambian los pañales, lloran, dijo, por ejemplo, con ese tono paternalista propio del Despotismo ilustrado, y lo cierto es que durante su mandato la ciudad de Madrid dejo de ser la pocilga urbana que era a mitad del siglo XVIII para convertirse en una de las mas higienicas y mejor iluminadas y pavimentadas capitales de Europa. En este segundo tomo, tras relatar la ultima parte del reinado carolino, con episodios como la crucial intervencion española en la Independencia de Estados Unidos, la guerra contra los ingleses o la rebelion de Tupac-Amaru, Antonio Ferrer del Rio analiza el papel de la España de Carlos III en el concierto de las naciones antes de la Revolucion francesa, para finalizar hablando de el rey y el hombre, el amante de la arqueologia, la arquitectura y el urbanismo que impulso un proyecto de progreso nacional basado en el fomento de las artes y las ciencias.
Antonio Ferrer del Río, historiador y miembro de la Real Academia de la Lengua, es el autor de la obra: "Historia del reinado de Carlos III en España (1856)".En el prólogo de dicha obra, el autor expone la necesidad de escribir una historia del reinado de Carlos III ya que "Después de asiduas y largas investigaciones se adquiere el convencimiento de que está por trazar la brillante y variada pintura de lo acontecido desde 1759 a 1788". Reconoce y alaba las obras de Becattini, Coxe y otros autores, pero las considera insuficientes para el estudio de tan importante período histórico. Explica cómo acude al Archivo de Simancas a consultar la correspondencia entre el monarca y el marqués de Tanucci, consejero personal del Rey, adquiere manuscritos originales o copiados, algunos de suma rareza, consulta bibliotecas públicas y privadas y hasta llega a hacer uso de la tradición oral a fin de recabar la información suficiente que le permitiera acometer la obra mencionada.
En este 2016 se cumplen trescientos años del nacimiento de Carlos III, considerado por muchos el mejor rey de España. Nacido la noche del 20 de enero de 1716, en el espacio sombrío, viejo y destartalado que por entonces era el Alcazar de Madrid, el infante Carlos de Borbon, Carletto, iba a traer la luz, la novedad y la reforma no solo a espacios como el que lo vio nacer, sino tambien a las mentes del pueblo que estaba destinado a reinar. Este monarca ilustrado, el tercero de la Casa de Borbon, llego a España como experimentado hombre de Estado, tras haber regido veinte años el reino de las Dos Sicilias, y durante las tres decadas que reino en España, entre 1759 y 1788, se encumbro como el mejor edil de la historia de Madrid y uno de los mejores gestores politicos de la Edad Moderna europea. En sus paginas esta todo Carlos III: el ser humano de fina sensibilidad y gustos amplios, versado en distintas artes y ciencias, con especial interes en la arqueologia, el urbanismo y la arquitectura, y tambien el gobernante ilustrado en cuyo haber hay que colocar una de las epocas mas florecientes de España.
Dedicado inicialmente al periodismo y la literatura, en 1850 Ferrer del Río asombró como historiador con esta Historia del levantamiento de las comunidades de Castilla (1520-1521). En ellas se culminaban la atención que hacia estas revueltas habían dispensado, ya desde los años de las cortes de Cádiz, autores como Martínez Marina o Martínez de la Rosa, constituyendo uno de los leitmotiv de la historiografía liberal. El libro de Ferrer del Río cimentaría esta interpretación, considerándolas como el "último suspiro de la libertad" antes de la llegada del ominoso absolutismo de la casa de Austria. En la derrota de este movimiento se hallaría el origen de la "decadencia de España", otro de los grandes temas de la historiografía decimonónica.