Marie-Louise Mignot Arouet, conocida como Madame Denis, mantuvo una relación incestuosa y prohibida con su tío materno Voltaire, tras quedarse viuda, a lo largo de más de treinta años. En aquel tiempo, superviso la publicacion de las obras del escritor y filosofo mientras este permanecia en un largo exilio, asumio la coordinacion del estreno de sus piezas teatrales, gestiono los asuntos de indole economica que su tio tenia pendientes en Paris y tuvo que defenderlo de las falsas acusaciones que le llovian por doquier. Con los margenes de libertad de accion que le fueron concedidos como mujer (no siempre holgados pese a su condicion social privilegiada), Madame Denis creo su propio salon literario e inicio el camino de la escritura dramatica, la traduccion y la composicion musical. Y, aunque no alcanzo el exito en ninguno de estos ambitos, si defendio una estetica y un criterio personales, que sirvieron de inspiracion tanto a Voltaire como a otros ilustrados franceses. Contada con gran pulso narrativo por Antonio Gil Ambrona, la vida de esta mujer extraordinaria, que estuvo marcada por la tragedia y por insolitos giros, no solo es una ventana ideal para comprender la sociedad y el ambiente literario de la epoca, sino que conecta de manera sorprendente con numerosos debates modernos.
Ignacio de Loyola, una vez desprovisto del halo de predestinación a la santidad con el que lo vistieron sus biógrafos jesuitas, resulta un personaje clave para comprender la sociedad, la religiosidad, la politica y la cultura de la primera mitad del siglo XVI. Pero en su trayectoria vital es ineludible subrayar el modo en que algunas mujeres compartieron con el exitos y fracasos desde que inicio la busqueda erratica de una nueva forma de entender y vivir la religion, asi como en el proceso de consolidacion de la Compañia de Jesus. Esta obra se propone recuperar la memoria y el protagonismo de las mujeres que estuvieron al lado de Ignacio de Loyola desde que diera sus primeros pasos en tierras guipuzcoanas; las que lo acogieron en sus casas y le proporcionaron manutencion y afecto en Manresa y Barcelona; las que participaron en los conventiculos que creo en Alcala y Salamanca; las mujeres que le entregaron elevadas cantidades de dinero para que realizara sus estudios en Paris; las que lideraron los proyectos asistenciales ignacianos en Roma, acabaron convirtiendose en jesuitas y despues fueron expulsadas de la Compañia de Jesus, y las mujeres que aportaron influencia politica, ayuda economica y capacidad organizativa para la fundacion de colegios de la congregacion en toda Europa.