Nadie conoce la verdadera identidad de Madame Duval, una española refugiada en París inscrita en la lista negra de Franco y buscada por la GESTAPO y por el sanguinario policía español Pedro Urraca. Madame Duval logra sobrevivir al asedio apoyada por unas amigas que construyen en torno a ella una fortaleza que nadie puede derrumbar. Quien quiera conocer el verdadero nombre de Madame Duval, tendrá que ser testigo de su peripecia vital, para no juzgarla de antemano, como ha hecho la historia con la protagonista de esta obra, sin duda una de las mujeres más relevantes de nuestra contemporaneidad. Su nombre se nos irá revelando a través de los hechos que delimitan la acción, siendo este enigma una de las bazas del planteamiento dramático. La verdadera identidad de Madame Duval es un homenaje al valor de la amistad y del amor sin etiquetas, y se erige como un acto de justicia contra ese olvido con el que la historia reciente pretende castigar la labor de las mujeres pioneras en cualquier ámbito de la vida.
Hurón, un feriante, y Migra, un policía de fronteras, se encuentran en La ciénaga, un charco inmenso repleto de funestos presagios. Hurón se ha acercado a rezar por un hermano que perdió en aquellos parajes. Migra ha acudido para controlar de cerca los vaivenes de los turbios asuntos que se trae entre manos y que tienen que ver con el trafico de personas, con la explotacion de los emigrantes y con el rechazo de los refugiados. Los acontecimientos nos hacen descubrir la relacion entre la desaparicion del hermano de Huron y los negocios de Migra. Nadie se salva en la frontera. Afirma en el prologo Raul Cortes: "Retrato de nuestro tiempo, La cienaga es estupor y es lamento, dolor ante la incomprensible herida sangrante del otro, del desterrado, del extranjero. Es una incomoda y necesaria pregunta. Urge hoy un teatro valiente, como La cienaga, y autores arrojados, como Antonio Miguel Morales, capaces de abismarse en los vacios que han dejado la fi losofia, el propio arte e incluso, la religion -profundidades a las que rehuye gran parte del teatro actual- para atravesar las brumas y llegar alli donde la creacion se hace zozobra." Junto a La cienaga, en el interior de un cortijo, Maria Selva, embarazada, espera la llegada de El extranjero. Mientras tanto, en las proximidades, se celebra una verbena con charanga, noria, algodones de azucar y buñuelos de chocolate.