La Guerra Civil cortó bruscamente la riqueza poética inmediatamente anterior a su estallido, y en los primeros años de la dictadura hubo que reconstruir no sólo un país en ruinas, sino también una poesia gravemente mutilada por las muertes (Unamuno, Lorca, A. Machado, Miguel Hernandez) y el exilio (casi todos los miembros del 27, Juan Ramon, Leon Felipe). En ese contexto nace la poesia de posguerra, que si bien en un principio, como dice Emilio Alarcos, era natural que despues de las hostilidades, como reaccion ante una realidad hosca, buscase la tranquilidad de animo, el silencio que adormeciera pasiones y rencores, pronto se escora hacia el lado contrario: la angustia existencial y el compromiso politico.Asi, en los años cuarenta la poesia quedo dividida en dos bandos contrapuestos: Espadaña contra Garcilaso, poesia desarraigada versus poesia arraigada, frente a los cuales surgieron voces disidentes. El monopolio de la poesia social a mitad de siglo, exigido por las circunstancias historicas, hizo que la promocion del 50 comenzara la renovacion artistica del genero, mientras que en los sesenta, los novisimos, nacidos en plena efervescencia del movimiento hippie y de las revueltas estudiantiles en toda Europa (Paris, Praga), continuan esa mision enlazando con los autores de preguerra y formandose intelectualmente con las lecturas de los mas importantes poetas europeos y americanos. Estamos, pues, ante una poesia, la creada durante la dictadura, de gran riqueza y variedad tanto estetica como ideologica.
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