Arturo Azuela

Esta novela maritíma, caso singular en la narrativa mexicana, un hombre y una mujer por los litorales de Chile, México y Portugal, entre el erotismo y la contemplación del paisaje, entre la introspeccion y la interpretacion audas de un pasado historico con una prosa armonica, nos muestra la lejania de los preginos, la invencion de los rumbos distantes, el viaje como una forma de ser.

El origen de El tamaño del infierno es una voz común, popular, colectiva, cuyo carácter inquietante, cuyo poder de sugestión, proviene de su oralidad; el texto se organiza como un magma único, en el cual -sin embargo- se matizan las diferentes voces de una familia. Son voces que participan de una viveza y un dinamismo notables, que persiguen la identidad perdida que todos quieren recuperar, haciendo presente la aventura, la libertad, el caracter primario del heroe ausente. Asi, la trama oral no solo se ramifica y adquiere sucesivas derivaciones, sino que se convierte en un organismo inquietante que se concentra o se despereza, se atempera o estalla en agitada vitalidad. El monologo heroico se pluraliza en la historia de una familia mexicana. Como Yañez o Rulfo -sus dos antecedentes mas ilustres-, Arturo Azuela tambien destaca la tragica vinculacion a la tierra, a las raices. La narracion se contagia asi de un aliento poetico donde historia y leyenda son la misma cosa, donde magia y religion intercambian sus valores, dando una particular vitalidad a la prosa de un narrador original. Ademas, punto de vista y accion se hermanan y confunden en la palabra que los hace posibles: logro importante de un discurso narrativo inagurado con El tamaño del infierno.Jorge Rodriguez Padron

Este prisma, audaz y revelador, es una primera biografia de mariano Azuela. Conocedor como pocos de las historias, los itinerarios, los mundos ocultos y documentos ineditos sobre el fundador de la novela de la revolucion mexicana, el escritor Arturo Azuela nos propone nuevas investigaciones y atractivos puntos de vista.

A medida que esta investigación avanzaba, que el viajero iba de un pueblo a otro alrededor de Zaragoza, que entrevistaba a cronistas y ex alcaldes, que recreaba antiguos recintos y plazas de los ayuntamientos, la figura de Francisco de Goya iba adquiriendo mayor importancia. No solo es el artista, sus frescos, la originalidad de sus paisajes o de su pintura religiosa, sino el personaje representativo de una region de Aragon y de proyeccion universal, una larga vida de decisiones cruciales. La figura del artista se desdobla de una epoca a otra: uno es el Goya de la Ilustracion y sus inclinaciones por la Revolucion francesa, y otro es el Goya que trabaja entre cortesanos y corifeos.