La historia de nuestra vida es la historia de la misericordia de Dios, la historia de todas las veces que hemos caído y con sus manos llagadas nos ha levantado... A lo largo de las páginas de este viacrucis vamos a recorrer el camino del amor, deteniendonos a contemplar la mayor demostracion de amor de la historia de la humanidad: la pasion, muerte y resurreccion de Jesucristo. No hay corazon humano que no se conmueva meditando la pasion, viendo a todo un Dios que esta dispuesto a dar su vida en la cruz, un Dios que quiere conquistar nuestro corazon amando hasta el extremo. Pero los cristianos no amamos la cruz por si misma; la amamos porque Jesus esta en ella. El crucifijo es una biografia escrita con nuestras miserias, pero es tambien la respuesta de Dios a nuestro pecado, la prueba mas tangible de su amor incondicional. Por eso, ademas de ser un signo de verguenza, la cruz es un simbolo de esperanza, porque proclama a gritos que Dios nos ama siempre. Jesus, verte crucificado nos enamora.
Son muchos los que relacionan la palabra «revolución» con la lucha de las clases oprimidas contra la tiranía y el poder. Sin embargo, existe otro tipo de revolución. El papa Benedicto XVI afirmó que
"El Padre Ignacio Amorós, movido desde su propia vida en contacto con la obra de la Madre Teresa, misionando en partes diversas con las Misioneras de la Caridad, ha querido realizar un trabajo de investigacion sobre el punto nuclear de la vida, vocacion y espiritualidad de la santa de Calcuta: Tengo sed" (Del prologo escrito por el Padre Pascual Cervera, Coordinador Internacional del Movimiento del Corpus Christi para sacerdotes). El 10 de septiembre de 1946, Madre Teresa recibio una segunda llamada dentro de su vocacion. Ese dia Jesus le hizo comprender que las palabras que habia pronunciado en la cruz, "Tengo sed", no se referian unicamente a la sed material que experimentaba en su agonia, sino al intenso deseo de Dios de amar y ser amado. "Jesus esta enamorado de ti", explicaria despues Madre Teresa, que supo ver que la sed de Jesus contiene toda la pasion de Dios. Saber que Dios suspira por el amor de cada hombre la conmovio tan profundamente que le cambio la vida. A partir de aquel momento, y siguiendo unas locuciones divinas que seprolongarian por espacio de un año, se fue fraguando en su interior la necesidad de saciar la sed de Jesus sirviendo a los mas pobres de los pobres.
Las palabras de Jesús en la cruz: «Tengo sed» (Jn 19, 28) son una revelación destacada del amor de Dios por los hombres e influyeron extraordinariamente en la vida espiritual de santa Teresa de Calcu