Es párroco y director de la Oficina de pastoral familiar de la diócesis de Vicenza (Italia). Presbítero y teólogo de la diócesis de Vicenza (Italia), es actualmente director de Casa Mamre, un centro diocesano de educación al amor y la afectividad y de asesoramiento matrimonial. Presta servicio pastoral en la Unidad Pastoral de Schiavon y Longa (VI). Es profesor del instituto teológico de Monte Berico y miembro de la redacción de la revista Matrimonio. En España ha publicado: Imaginar el matrimonio, Sal Terrae, Santander 2003; El amor inteligente en la vida de pareja, Sal Terrae, Santander 20062.
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"Siempre me ha seducido la idea de que la relación matrimonial es un paradigma de las relaciones que deberían reinar dentro de la Iglesia para que esta pueda ser comunidad: lo será el día en que sepa centrar su atencion en la comunidad esponsal y familiar. Se trata de dos comunidades que tienen el mismo temperamento: la comunion. (...) Por eso el concilio Vaticano II, al reflexionar sobre lo que es la Iglesia, ha vuelto a descubrir el caracter evocador del matrimonio y, analizando a continuacion la comunion matrimonial, ha vislumbrado que en ella esta presente ya la Iglesia. Tambien la relacion de la Iglesia con el mundo se ve iluminada por el amor conyugal: hacer crecer al mundo dejando que sea mundo, sin obligarlo a ser Iglesia: acudir a el para aprender lo que nos pueda enseñar: saber apreciar el pluralismo de ideas y de opciones...: todas estas son actitudes que se derivan del amor de alteridad, que adquiere valor y tiene su fuente en la relacion de los esposos". BATTISTA BORSATO es parroco y director del Secretariado de pastoral para el matrimonio y la familia de la diocesis de Vicenza. En su ministerio sacerdotal se ha dedicado en especial a ayudar a las personas a vivir una fe responsable y creativa, y a las comunidades cristianas a encontrar su identidad mediante
¿Por qué la crisis y el fracaso de la pareja es cada vez más frecuente? ¿Por qué el número de separaciones es cada vez mayor? ¿Será que el amor es frágil, o es que se está revisando el modo de entenderlo y de vivirlo? ¿Podemos quedarnos en el"sentimiento amoroso", noble pero posesivo, o debemos avanzar hacia un amor hecho de respeto y distancia del otro? ¿Amor expontaneo o amor de alteridad? ¿Amor-don o amor-construccion? ¿Amor como deber o amor como continua explosion de asombro? En suma, ¿es la vida de pareja una experiencia privada o tiene tambien una dimension comunitaria o social? En torno a estos y otros interrogantes parecidos se desfranan las paginas de Battista Borsato, que acompañan a los lectores -jovenes, novios, esposos- en el camino hacia una forma diferente y gozosa de ver y vivir el amor. Un amor que requiere sabiduria e inteligencia. BATTISTA BORSATO, sacerdote de la diocesis de Vicenza, doctor en teologia fundamental y en teologia moral, dirige la Delegacion de Pastoral para el matrimonio y la familia, y es profesor en el Instituto teologico de Monte Berico. Su reflexion ha girado siempre en torno a como ser Iglesia y relacionarse con el mundo. En este horizonte situa la relacion de amor entre el hombre y la mujer como"profecia"que indica como ser comunidad cristiana y comunidad civil.
Ya se la profese o se la niegue, la fe invade al hombre con muchos interrogantes y le sitúa ante muchas decisiones problemáticas. En efecto, creer es sobre todo un fiarse. Fiarse de alguien cuya palabra y cuya presencia parecen dar a la vida un sentido o, mejor aun, proponer un camino por el que podamos introducirnos con confianza.La fe, que en la relacion con la libertad, la felicidad y la autorrealizacion no establece siempre y de modo automatico relaciones fecundas, puede parecer en ocasiones una propuesta de mortificacion de la propia personalidad, un camino de renuncia y de privacion para conquistar el mas alla. Con todo, la esperanza de la vida que supera la muerte no solo no niega, sino que reevalua la importancia de la vida terrena; la fidelidad a la tierra no descalifica la riqueza de significado de la eternidad, sino que la hace posible. Por otra parte, Jesus no hablo de vida eterna mas que para responder a preguntas de otros y puso el acento en una vida plena y cargada de posibilidades.