Nacido en Hrubieszow, en 1847, Boleslav Prus, cuyo verdadero nombre era Alexander Glowacki, se reveló desde Bosquejos varsovianos (1872) como un sutil y magnífico cronista de la realidad. En su obra retrata una Polonia que busca resurgir de sus trágicas derrotas en las revoluciones de 1830, 1846, 1848 y 1863, alentadas todas ellas por el empeño de recuperar la perdida independencia. Convencido de que la mejora de las condiciones socioeconómicas es el factor determinante para el desarrollo de un país, Prus se enfrentó a los valores de la vieja patria polaca, guerrera y católica, consagrados por su contemporáneo, el Nobel Henry Sienkiewicz, y legó a la gran literatura decimonónica cuatro novelas fundamentales: Plaza fuerte (1885-1886), La muñeca (1890), Las emancipadas (1894) y El faraón (1897). Murió en Varsovia en 1912.
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Desde el Antiguo Epigto del siglo XI a.C. surge la figura de Ramsés XIII como protagonista absoluto de una historia extraordinaria. La formación del joven príncipe incluirá muy pronto en la conciencia exacta de su posicion en la escala del poder y los primeros enfrentamientos con una casta sacerdotal dispuesta a conservar su fuerza milenaria. Ramses habra de esperar a que llegue su hora para vengar antiguos agravios, reforzar la autoridad del faraon y llevar adelante su particular vision de la sociedad y el Estado. Un enfrentameinto tan duro sinuoso y eterno como el pais del Nilo, y en el que la religion se configura como arma primordial que esgrimir en la lucha politica.
Del remoto pasado de Egipto surge la figura de Ramsés XIII como protagonista absoluto de una historia extraordinaria. Ramsés está dispuesto a reforzar los poderes ancestrales del faraón, y a imponer su visión renovadora de la sociedad y el reino.
Recibida con incomprensión por la crítica conservadora de su tiempo, La muñeca es hoy considerada la obra maestra de las letras polacas modernas. Además de una gran novela de amor y conflictos eróticos parangonable a Madame Bovary, Anna Karenina y La Regenta, aunque con héroe masculino, el inolvidable Stanislaw Wokulski, La muñeca es, ante todo, un espléndido ejemplo de novela realista, una galería panorámica de la vida varsoviana a fines del XIX y un magnífico cuadro comparativo entre el anhelo positivista de progreso y la tentación reaccionaria en una Polonia devorada por la guerra y el catolicismo.