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Las relaciones económicas hispano-cubanas en el siglo XIX El análisis de las relaciones económicas entre la España metropolitana y su principal colonia ultramaria durante el siglo XIX se ha convertido en un objeto de interés creciente para investigadores españoles y cubanos. En este sentido, este libro pretende abarcar los diferentes procesos que marcaron durante el siglo XIX el acontecer histórico cubano en su vertiente socio-económica. De acuerdo con los temas abordados, la obra puede dividirse en tres grandes apartados: el primero tiene como eje central las aportaciones demográficas foráneas que llegan a Cuba para satisfacer la demanda generada por la expansión económica de la isla; por una parte, se analiza la inmigración de carácter forzado fruto del sistema esclavista y, por otra, la inmigración libre que vendrá primero a complementar y después a reemplazar al esclavo como fuerza del trabajo. La fiscalidad colonial y las relaciones comerciales, hispano-cubanas integran el segundo bloque temático, pues ambos aspectos marcharon ineludiblemente unidos a lo largo de todo el siglo XIX. El último bloque temático trata del final de las relaciones coloniales fijado en el 98 como resultado de una crisis que venía gestándose desde hace muchos años antes, así como de las consecuencias que para Cuba supuso su ruptura con España y su conformación como república independiente, tutelada muy de cerca por los Estados Unidos.
Entre 1808 y 1868 tuvo lugar el definitivo asalto liberal a las instituciones todavía vigentes del Antiguo Régimen. Éste se mantuvo formalmente hasta 1833, tras los sucesivos intentos de consolidar un entorno institucional basado e la propiedad privada, la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la división de poderes. Cuando se despejaron estas incógnitas tuvieron lugar esfuerzos para remover los obstáculos que permitiesen hacer crecer la renta y la producción, pero aquellos, con ser importantes, no consiguieron que tras la crisis económica de 1866 las diferencias entre la economía española y los niveles de desarrollo conseguidos por los países más avanzados de Europa (Inglaterra, Alemania, Francia) se acortasen.Este libro explica cómo se intentó, por parte de los liberales, poner en marcha el proceso de aumento del producto agrario e industrial así como los relativamente pobres avances conseguidos. Por otra parte también se narran los intentos de creación de un mercado de capitales, un sistema financiero y de transportes--basado en el ferrocarril--que acompañaran y favoreciesen el crecimiento económico.