UNIVERSITAT DE VALENCIA. SERVEI DE PUBLICACIONS 9788437040394
Els avanços tecnologics actuals permeten recuperar material genetic de restes arqueologiques, uns missatges del passat que ens expliquen histories fascinants sobre nosaltres mateixos i sobre la historia llunyana, recent o actual del mon que ens envolta. Aquesta extraordinaria aventura cientifica il·lumina aspectes controvertits del nostre origen com a especie.
Durante dos siglos, la ciencia occidental mantuvo la idea de que la humanidad estaba dividida en entidades definidas biológicamente, llamadas razas. Los excesos de la ciencia racial derivaron en el racismo y comportaron el sufrimiento y la muerte para millones de personas, en la que ha sido la parte más oscura de la historia del siglo xx. Como se puede comprobar a lo largo de esta obra, la diversidad humana existe, pero no se estructura en forma de razas. Desde el punto de vista genético, la humanidad es muy uniforme. Las características externas más visibles dependen de pocos genes y muestran fundamentalmente la adaptación climática de los grupos humanos.Razas, racismo y diversidaddemuestra que las razas, desde el punto de vista científico, no existen. Un postulado que puede servir como instrumento en la lucha contra las actitudes xenófobas y racistas que contaminan la sociedad actual.
Els bestiaris medievals eren recopilacions d'animals fantàstics, el basilisc o l'au fènix, que estaven destinades a donar lliçons morals als creients. L'atracció pel que és estrany ha perdurat en el
El origen de las casas reales europeas se suele remontar a siglos y, en algunos casos, a más de un milenio. El dramático fin de la familia real francesa y la destrucción sistemática de los restos de los monarcas durante la Revolucion propiciaron la aparicion de impostores que pretendian ser el Delfin, Luis XVII, asi como un insolito trafico de presuntas reliquias reales. En este libro se relata una sucesion estrambotica de aventuras cientificas que van desde el analisis de la presunta sangre de Luis XVI conservada dentro de una calabaza, o de la cabeza momificada de Enrique IV, hasta los corazones de Luis XVII y de San Luis, pasando por el examen de los pelos de Napoleon o de la pierna anonima perteneciente a una reina de Francia.