Carlos Germán Belli

La obra poética de Carlos Germán Belli constituye un hito fundamental en el proceso literario hispanoamericano. El significado y el alcance de su poesía han sido claramente definidos en las consideraciones del Jurado del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2006), el cual destacó "la extraordinaria proyección de su trabajo poético, cuya originalidad mayor consiste en la fusión de las más diversas formas y posibilidades expresivas de la tradición y la modernidad.

"Lo más original en esta poesía es la astuta configuración de la sintaxis: el fluir de la oración conoce desvíos inesperados, abriendo bifurcaciones semánticas que luego, en los magistrales finales que Belli sabe construir, vuelven a unirse clareos mensajes casi siempre afirmativos."

La poesía de Carlos Germán Belli (Lima, 1927), es una de las mejores converegencias de la exploración moderna de la tradición poética y la crítica de la realidad depredada contemporánea. Con los emblemas, figuras y topicos de la tradicion española del verso y la metrica petrarquizante, Belli analiza los dramas del menoscabo y la carencia del habitante de la urbe subdesarrollada; y lo hace apelando a los repertorios tecnologicos, al habla popular, a las jergas perioditicas; con inteligencia formal y pasion comunicativa su obra ha crecido como una de las mas caracteristicas respuestas dela arte nuestro a la desigualdad de todo orden.

En verdad jubiloso/después de años hoy de manera plena/ pero me pongo a cavilar de súbito/ cuán detalladamente sobre el sino/del placer terrenal que muda el ser/ en un horno voraz/ y más aún por qué al poderoso goce/ la desdicha puntual le sobreviene/ rauda como una flecha/ que hace olvidar las horas venturosas/ como si nunca hubiera coronado/ ni un minuto de buen vivir acá.

El libro se divide en dos partes: la primera recoge composiciones que rememoran a sus seres queridos ya muertos, con el dolor de no tenerlos a su lado y la esperanza de reencontrarlos en el más allá. La segunda contiene poemas de tema variados, recurrentes en su escritura, como la torre de marfil, los diccionarios, los ámbitos míticos, encomios a artistas amigos, etc. Pero ambas están unidas por un mismo tono y esa concepción de los opuestos, tan suya, capaz de congregar en un solo poema espacios y tiempos distantes.

CARLOS GERMÁN BELLl (Lima, Perú, 1927) es uno de los mayores representantes de la generación del 50 peruana e hispanomericana; desde su primer libro, Poemas (1958), cuenta con una dilatada trayectoria poetica reunida en Los versos juntos, 1946-2008 (2008), tras lo cual ha publicado Los dioses dmnesticos y otras paginas (2012). Sus obras se han traducido a otros muchos idiomas y sus versos estan presentes en todas las antologias de poesia en español. Destaca igualmente su labor como traductor y su dedicacion al periodismo con numerosisimos articulos, alguno de los cuales se han reunido en El iman (2003). Es Miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1980, Y Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua (2014); ha sido galardonado con otras distinciones entre las que sobresalen el Premio Nacional de poesia (1962), la Beca Guggenheim en dos ocasiones (1969 Y 1987), el Premio Fomento a la Cultura (1986), el Premio Jose Maria Eguren (2004), el Premio Iberoamericano de Poesia Pablo Neruda (2006), el Premio Southem, la Medalla Jose de la Riva Aguero Y Osma a la creatividad humana (2009), el Premio Macchu Picchu (2009), el Premio Casa de las Americas de poesia Jose Lezama Lima (2009), la Medalla del Congreso de la Republica (2010), etc.

El hablante poético, sin más ni más, da a entender desde el título del libro (El alternado paso de los hados) que él es un juguete del destino, según suele decirse comúnmente. Y lo hace verificando el cambiante discurrir de los hados. Digámoslo de un modo más explícito, más concreto, como se hace patente en estas páginas: es la oscilación entre el pavor de vivir y morir y el buen amor ardoroso. Y lo uno y lo otro con la magnitud de la gula voraz, mezclando lo fisiológico con el mismísimo espíritu. Por cierto, todo ello sale a la luz, a flor de página, gracias a combinaciones estróficas y metros diversos, algunas intertextualidades, y siempre el verso blanco. Con estos socorridos recursos estilísticos, el hablante poético -alguna vez enmascarado como Adán sublunar- pone de manifiesto lo que parece que son sus confesiones, cavilaciones, verificaciones y más de un mea culpa. Carlos Germán Belli

Nuestro amor no está en nuestros respectivos y castos genitales, nuestro amor tampoco en nuestra boca, ni en las manos: todo nuestro amor guárdase con pálpito bajo la sangre pura de los ojos. Mi amor, tu amor esperan que la muerte se robe los huesos, el diente y la uña, esperan que en el valle solamente tus ojos y mis ojos queden juntos, mirándose ya fuera de sus órbitas, más bien como dos astros, como uno CARLOS GERMÁN BELLI